domingo, 9 de octubre de 2011

"Siempre nos quedará París"


No es un libro más sobre cine. Ni siquiera es un libro más sobre cine de José Pablo Feinmann, quien ya escribió Pasiones del celuloide y El cine por asalto. Es que en esta ocasión el autor no se limita a hablarnos de las películas que ama y las que detesta, de los grandes directores y actores, de los mejores guiones y las más bellas musicalizaciones, de los momentos insuperables de la historia del cine. No, en este libro nos habla, apenas, de la condición humana, sólo que lo hace a través del cine. Y entonces nos asomamos a la inmortalidad de la mano de la mano de Drácula, a la moral con A la hora señalada, a Dios y la religión con Crímenes y pecados, a los tabúes con Cuéntame tu vida, al sentido de la justicia con Batman, al sexo con El cartero llama dos veces, al miedo al diferente con La guerras de los mundos, a la guerra con Apocalypse Now, al nazismo con La caída de los dioses, al rol de los medios con The Truman Show, al capitalismo con Lo que el viento se llevó y a la fase salvaje del capitalismo con Wall Street, a la cuestión del poder no ya con Hamlet sino con El Rey León. Parafraseando a Hitchcock podemos asegurar que este libro es, como el cine, la vida sin las partes aburridas, con la profundidad habitual de Feinmann y un mensaje esperanzador. Porque, ya se sabe, "siempre nos quedará París", como Bogart le dice a Bergman en el final de Casablanca.

sábado, 8 de octubre de 2011

ArgenLeaks


Como en una buena novela de espías, a comienzos de 2011 Santiago O'Donnell acudió al llamado del hombre del año, Julian Assange, para un encuentro reservado en un castillo inglés. El autor, el único periodista argentino que tuvo contacto con Assange, había sido investigado a fondo, sus credenciales periodísticas fueron chequeadas y re-chequeadas, y recién allí logró encontrarse con el fundador de Wikileaks, para recibir de su mano un pendrive con los cables sobre Argentina producidos por la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires. Cientos y cientos de documentos secretos que no dejan tema sin tocar, muchos de los cuales se revelan en Argenleaks por primera vez. Cables sobre Cristina y sobre Néstor, sobre Amado Boudou, Guillermo Moreno, Hugo Chávez, Antonini Wilson, sobre la AMIA, la oposición, Clarín, Marcelo Tinelli, Joaquín Morales Solá y hasta despachos sobre el propio autor de este libro, que recoge lo más jugoso de la pata argentina del escándalo periodístico- diplomático-político que sacudió el avispero planetario.

Santiago O'Donnell - Periodista

sábado, 1 de octubre de 2011

¿Quién le cortó la oreja a Van Gogh?

Investigaciones sobre la historia del pintor post-impresionista holandés, revelaron cómo hizo un pacto de silencio para engañar a la policía.

La historia sobre cómo el pintor holandés Vincent van Gogh perdió la oreja es muy conocida. Él mismo se la cortó con un cuchillo en un arranque de locura mientras se encontraba en Arles, al sur de Francia, después de una discusión con su colega francés, Paul Gauguin, así lo indica el sitio tejiendoelmundo.com
Sin embargo, como se menciona en elpais.com, la publicación de un nuevo libro, el cual se basa en la investigación policial sobre el caso, ha cambiado toda la perspectiva del mismo, pues afirma que fue Gauguin el que en el transcurso de la discusión, seccionó la oreja a Van Gogh con una espada, ya que el pintor francés, según historiadores, era un excelente espadachín.
En el libro escrito por los académicos alemanes, Hans Kaufmann y Rita Wildegans, se explica cómo después de analizar las declaraciones de testigos y la correspondencia que mantenían estos dos artistas, concluyeron que la pelea entre los pintores terminó cuando Gauguin le cortó la oreja a su amigo, quien al parecer la envolvió y se dirigió a un burdel para entregársela a una prostituta llamada Raquel.

Al regresar a casa, Van Gogh se desmayó y fue así como lo encontró la policía y lo llevó al hospital para que fuera atendido, donde estuvo internado durante catorce días. Una vez recuperado, el artista pintó su auto retrato con la oreja vendada.
El texto titulado La oreja de Van Gogh: Paul Gauguin y el pacto de silencio, no deja claro si el acto fue un accidente o si en verdad Gauguin quería hacer daño a su amigo, pero se piensa que después del incidente, ambos acordaron declarar a la policía la versión que todos conocemos, ya que una autolesión no comprometería a Gauguin y se evitaría que fuera a prisión.


Por otro lado, Kaufmann señala que la versión tradicional se basa en pruebas contradictorias e improbables y que no existe alguna declaración de un testigo ajeno a la pareja de amigos.
De acuerdo a información de elsemanaldigital.com, su amistad se caracterizó por ser conflictiva. En 1888, Van Gogh convenció a Gauguin de que se mudara con él a la casa amarilla que tenía en Arles.

Ahí pasaron todo el otoño pintando juntos y debatiendo sobre arte, pero sus debates se transformaron poco a poco en discusiones.

Al parecer, la diferencia de caracteres y los problemas mentales del pintor holandés, provocaron que Gauguin se marchara de la casa, para dirigirse a París a finales del mismo año y no tener de nuevo contacto con el neerlandés, excepto por algunas


Van Gogh nunca confirmó nada y el comportamiento posterior de los dos artistas indican que ambos ocultaban la verdad. Poco después, Gauguin se trasladó a Tahití, donde pintó algunas de sus obras más famosas.
Durante los dos años siguientes los problemas psicológicos de Van Gogh aumentaron, pero también llegó a pintar una gran cantidad de cuadros. Su muerte llegó a la edad de 37 años, el 27 de julio de 1890, causada por un tiro que él mismo se disparó en el pecho mientras paseaba por el campo. cartas.